Acabo de ver la noticia del salvaje asesinato en el kibutz de Kfar Aza, de Israel, de todos sus habitantes destrozados por los locos terroristas de Hamás, entre ellos 40 bebés, algunos decapitados. Realmente ante todo esto no sé, de verdad, en qué mundo de locos vivimos. Empecemos por el asalto terrorista de Hamás a Israel que comenzó el fin de semana con el ataque a jóvenes y no tan jóvenes de una serie de países que estaban divirtiéndose en el campo con un concierto. Asesinatos a sangre fría, disparos a los que huían, violaciones y exhibición del cadáver desnudo y salvajemente destrozado de una joven, algo que todo el mundo habrá podido ver. ¿Y todo esto por qué y para qué?. No hay nada que justifique el terrorismo, venga de quien venga. Los que así actúan son fanáticos descerebrados, ya que en sus cabezas no existen neuronas si no quién sabe qué que les induce al salvajismo más cruel e inhumano. Por desgracia hay muchos ejemplos en el mundo que he vivido desde que nací, pero esto de ahora creo que supera con creces, por difícil que sea el afirmarlo, a lo vivido hasta ahora.

No conozco Palestina, pero sí conocí, enseñé en Medicina y ayudé, e incluso conviví con algunos palestinos años atrás. Eran gente normal, probablemente con mucha angustia arrastrada en su cuerpo, pero no había problemas en su trato. Tampoco conozco Israel, pero siempre pensé que era un país admirable en cuanto a su capacidad de trabajo, desarrollo tecnológico, inventores o descubridores de novedosas terapias médicas y equipos para la realización de una Medicina de alta precisión y seguridad. Y sí conocí y conozco a israelíes, aunque siempre en el ámbito científico. Un país que gozó y goza de toda mi admiración.

Pero dejemos el salvajismo terrorista y analicemos las indignantes reacciones que en nuestro país han tenido y tienen lugar con motivo de lo que está ocurriendo. Me refiero, claro está, a la chulísima Vicepresidenta segunda (en funciones, o quizás defunciones sería más correcto). Ví un video en TV en el que se desgañitaba gritando a favor de Palestina, al igual que lo hicieron destacados miembros del partido comunista. Me parece muy bien (muy mal en realidad), pero veamos qué significa en realidad todo esto.

En la Alemania nazi, millones de judíos fueron salvajemente asesinados meramente por el hecho de serlo. Actitud xenófoba de los nazis alemanes, algo que por suerte ha cambiado ya, tras la II Guerra Mundial. Pero eso trajo consecuencias, más allá de la masacre, y es que se acuñó el término nazi para designar a todo aquél o aquélla que no pensase o actuase como la ultraizquierda establecía o deseaba. Y con nazi apareció también el concepto de fascista: Vox es un buen ejemplo, según esos «progresistas», del nazismo y el fascismo o uno u otro. Pero eso aquí, porque fuera de nuestras fronteras también los judíos son nazis o fascistas por repeler el ataque terrorista de los descerebrados citados. Y aquí me entra una duda: ¿cómo los reprimidos por el nazismo y/o fascismo han pasado a ser nazis o fascistas?. Quizás, si es que ello fuese cierto, habría que pensar en que han sido atrapados por el síndrome de Estocolmo, algo que los psicólogos conocen muy bien.

Pero volviendo a las reacciones, ¿cómo es posible que quien se la da de feminista a ultranza, ella y los suyos, teórica defensora del progresismo y la igualdad, condene a gritos destemplados el que Israel se haya defendido de lo que podría ser su destrucción total?. ¿Es que no les importan las mujeres violadas y asesinadas?, ¿es que no les importan los bebés decapitados?, ¿es que no les importan los asesinatos masivos de ciudadanos indefensos?. Pues parece que no, a la vista de las reacciones que se han visto y publicado. Quizás ello se deba a que, como los terroristas, piensen que los fallecidos se van a encontrar con las huríes del paraíso…, o los huríos, aunque también puede haber hurías como es lógico. ¿Será esa una de las razones por las que la llamada por los medios «Lady Cohete» habla de la huída al espacio porque este mundo se está yendo al carajo? (lo dijo ella, no yo).

En fin, absolutamente lamentable y así nos va.

No soy religioso, aunque me bauticé en la iglesia católica, no soy de Vox ni les he votado nunca, no soy de ningún partido político contra lo que pueda parecer a algunos en este escrito, pero de todo ello he dado muchas muchas muestras a lo largo de toda mi vida. Pero sí soy alguien que respeta o intenta respetar, que ayuda o intenta ayudar, y alguien que cree sinceramente que en la política actual de nuestro país hay mucho inepto e incapaz.

No quiero finalizar sin hacer referencia a otra genialidad de la Sra. citada. Tras su reunión con el prófugo Puigdemont, algo por lo que debiera haber sido cesada fulminantemente ya que no en balde ese señor es un reclamado desde hace años por la Justicia española, afirmó que llevaba a su hija a estudiar al Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, y que muchas madres de alumnos/as le habían dado las gracias o algo así por su reunión en Bruselas con el hombre del maletero. Curioso, porque rápidamente salieron una serie de padres y madres de alumnos/as de ese Instituto, afirmando que esas palabras no se correspondían con la realidad, entre otras cosas porque ella rara vez llevaba a su hija al Instituto y sí lo hacían algunos guardaespaldas. No lo entiendo, de verdad; sin embargo hay algo en lo que coincidimos y es que yo también estudié en el Ramiro, aunque solo Preuniversitario, ya que todo el bachillerato lo hice en el Instituto Santa Irene de Vigo y para hacer la carrera que inicialmente pensaba tenía que hacer el «Preu» en Madrid. Desgraciada experiencia. Me admitieron en el Ramiro y su Residencia de Estudiantes porque tenía 35 Matrículas de honor en el Bachillerato y Matrícula de honor en las Reválidas de 4º y 6º. Y si expongo todo esto es para hacer ver que en aquella época el Ramiro de Maeztu era un centro elitista en el que, al parecer, solo te admitían por las notas de Bachillerato o el que fueras de familia conocida y reconocida, dominado por dos grupos religiosos (así lo viví y así me pareció entenderlo después). Quizás por mis notas previas, ya en el Ramiro de Maeztu, me presentaron en su nombre al título de Mejor Alumno de España en 1962. No obtuve ese galardón, pero lo que sí conseguí es que faltando un mes para los exámenes de Selectividad en Madrid me expulsasen del Instituto y la Residencia por haberme quedado dormido después de comer en mi habitación tras una noche de estudio. Era un rebelde que nunca llegaría a nada en la vida, le escribió el Director del Ramiro a mi padre para justificar mi expulsión a tan solo un mes de aquellos exámenes de Selectividad claves. Me tuve que ir a un hotel de mala muerte, durante un mes más o menos, presentarme solo a la Selectividad, y: sorpresa para el Director del Ramiro, calificación en Selectividad: 9,5. Nunca le volví a ver y nunca olvidaré mi estancia infernal en aquel Instituto. Sinceramente deseo que a su hija le vaya mejor, Sra. Vicepresidenta, al menos en lo que respecta al ambiente en ese Centro, algo que hace mucho tiempo desconozco, y deseo que su hija haya sido admitida por sus méritos escolares, si es que todavía esa premisa existe.

En fin, lamento lo que está ocurriendo en Israel y deseo lo mejor para ese pueblo que tanto ha sufrido y tanto ha aportado a la Ciencia, y por supuesto deseo que de una vez por todas los dirigentes de este país actúen conforme a la ética que debe regir en la sociedad humana y condenen firmemente los ataques terroristas. Aquí ya los hemos vivido, bien sabido es, desde ETA hasta el 11-M, Ramblas, etc… No debe haber lugar para los descerebrados ni dejar sin condena sus actuaciones.