No es el país en el que me crié, me educaron, eduqué en la Universidad muchos años y en el que sigo trabajando por ayudar. Aquél país desapareció, al menos todo viene indicando que es así y así será. Comenzó a desaparecer desde que en 2006 el inútil y descabellado ZP empezó a cambiar las normas de convivencia sobre la base de un supuesto «progresismo». Y continuó su desaparición a marchas forzadas desde que el supuesto Doctor en Economía tomó las riendas del poder mintiendo una y otra vez, día tras día, mes tras mes, año tras año. «Jamás pactaré con Bildu…» «¿Cuántas veces quiere que se lo diga: una, diez, cincuenta veces?». «Si pactase con Podemos no sería capaz de dormir…». Y como esto cien mil cosas más. Abolición del delito de sedición y reforma del delito de malversación, para que los presos golpistas catalanes pudiesen ser puestos en libertad (y le apoyasen). Y ahora Puigdemont, que le ha venido tomando el pelo a la Justicia desde hace seis años, por lo menos. ¿Cómo es posible tanta falta de escrúpulos y dignidad?. ¿Cómo se puede ir a Marruecos sobre bases que nadie conoce, o eso parece, y condenar a un pueblo como el saharaui?. ¿Cómo se puede aceptar que ministros marroquíes afirmen que Ceuta y Melilla les pertenecen y, probablemente, invoquen también Canarias como suya?. ¿Y cómo se entiende que cuando los productores de aceite de oliva españoles las estén pasando canutas por la pérdida de sus cosechas se le concedan 4 millones de euros a los olivareros marroquíes?. ¿Qué hay detrás de todo esto?. Algún día lo sabremos, aunque quizás sea ya tarde?. En este sentido recordé muchas veces y recuerdo ahora las frases de un guía marroquí en Marrakech en el año 1999: «No pasará mucho hasta que Al.Andalus sea nuestra otra vez». Había ido a Marrakech a un Congreso sobre Hormona de Crecimiento como invitado especial de Serono. Me habían alojado en La Mamounia, antiguo Palacio Real reconvertido en un hotel de superlujo, de los mejores del mundo. En los días de descanso habíamos contratado a un guía para conocer bien la ciudad. Era un chico marroquí de unos 27 años, licenciado en Historia si mal no recuerdo, sumamente educado y cortés, por lo que la noche antes de nuestra vuelta a España le invitamos a cenar. En aquella cena, estábamos el Director de Serono España, su esposa, el Prof. Fernández-Tresguerres y su esposa, y mi esposa y yo. En un determinado momento de la cena cambiaron las tornas, y el guía tan cortés y educado nos empezó a atacar verbalmente refiriéndose a Ceuta, Melilla, Andalucía, Castilla la Mancha… afirmando que eran territorios marroquíes ocupados ilegalmente por España pero que pronto volverían a ser de su país. Pasaron ya 24 años, pero parece que sus palabras eran premonitorias y tenían una base sólida. En fin, sigamos veraneando en Marruecos mientras aquí el prófugo Puigdemont se ríe de nosotros.
Y hoy mismo, en Navarra, ha sido investida como Presidenta una señora socialista gracias a la abstención intencionada de Bildu. Bildu, que suena bien, pero que en realidad es el residuo activo de ETA, de los que asesinaron por asesinar a cientos de civiles, policías, guardias civiles y niños. Pero, ¿qué más da?. Los que lo hicieron pronto saldrán a la calle, o salieron ya, mientras los jefes de la banda afirman que el País Vasco será independiente y rojo, como Cataluña y ¿Galicia?. El mismo Bildu que en sus listas electorales llevaba a asesinos etarras ya en libertad, algunos ya ejerciendo como concejales en Ayuntamientos vascos y navarros.
En fin, eso es el progresismo, palabra que en estos días escuchamos una y otra vez en boca de ministras, diputados socialistas y de otros partidos. Y el progresismo es, entre otras cosas, el permitir la «okupación» o la «inquiokupación», la proliferación de bandas callejeras que semana tras semana roban, atracan, violan, hieren o matan, con impunidad. El progresismo es también el permitir que los niños estudien lo que el Gobierno quiere y desconozcan la historia, ya no de España si no del mundo, o la Geografía, y no hablemos de las Matemáticas sin «perspectiva de género». Lo es también el que se pase de curso habiendo suspendido, eso no tiene importancia. Lo es el que con nuestros impuestos estemos pagando cientos de miles de «asesores» gubernamentales, y lo es el gobernar por Decreto-Ley. Yo mando y tú obedeces, aunque no tenga sentido lo que mande.
Si alguien lee todo esto pensará: «Este tío es un facha…», palabra tan de moda. Pero se equivoca, soy, y creo que así lo he demostrado a lo largo de toda mi vida, más progresista que cualquiera de los que se postulan como tales. Porque el progreso es estudiar para aprender, aprender para avanzar, avanzar para desarrollar y desarrollar para el bien común. Trabajo para ayudar a los demás. No soy de Vox, ni del PP, ni de nadie, solamente de la justicia, libertad y sentido común. Al menos esa es mi idea, tan contraria a la de la Sra. Díaz, traidora a los múltiples jefes que ha tenido y le permitieron avanzar hasta llegar a la situación actual en la que vive. Eso no es progreso, es cinismo e hipocresía. Y como ella muchos, pero no vale la pena citarlos.
Pobre España, pobres hijos y nietos.
2 respuestas a “Un país sin escrúpulos ni dignidad….”
q grandes verdades doctor
Todo lo que dices es verdad, pero hay que ir a la historia para comprenderlo. Europa es hoy en día una colonia yanqui en todos los sentidos incluida la falta de soberanía. En cuanto a España, el amigo americano es mucho mas amigo de Marruecos por ellos se forzó a la entrega del Sahara a este país el enemigo numero dos de España, el enemigo numero uno es Francia e Inglaterra. Con esto y con la Agenda 2030 en marcha, los grandes poderes que son los que mueven los medios de desinformación masiva, son los que nos ponen presidentes y políticos la mayoría de los cuales poco cualificados y que en la empresa privada no durarían dos días, por ellos el porvenir de España es ña destrucción interior en varios estados y lenguas. Un abrazo Suso, cuando querais estáis invitados a comer en Ortoño.