Hace ya un tiempo que no escribo nada en este blog, algo que utilizo para expresar mis sentimientos, y la razón por la que no lo hago es que son tantos y tan gordos los disparates que estamos viviendo, no solo en España, que se hace duro y doloroso el tratar de sacar a la luz pública lo que pasa por dentro de uno. Pero la situación actual ha colmado ya el vaso, hemos llegado a un punto en el que sinceramente resulta difícil el diferenciar la realidad de lo que sería perfectamente un mundo de ficción. Esta afirmación puede parecer un disparate sin sentido, pero no lo es; al menos no lo es para los que hemos nacido y nos hemos criado, hace ya muchos años, en un mundo totalmente distinto al que actualmente, por desgracia, nos toca vivir. Un mundo, el actual, que sin duda está condenado irremisiblemente a la desaparición, a la extinción, y no hablo de las ideas si no de la propia vida humana. Es el único camino esperable a la vista de lo que sucede día tras día, y no solo aquí. Podríamos llegar a pensar que estamos viviendo una ficción, y no sería ningún disparate, o que estamos gobernados por seres superiores que ni conocemos ni entendemos, ni siquiera podemos imaginar, pero que juegan con nosotros llevándonos a una deriva irremediable. Falta el respeto, falta el conocimiento, falta la sinceridad, falta el cumplimiento de las obligaciones cotidianas, falta todo y así llegaremos a que falte la vida.
No voy a hablar de Venezuela, ni de Irán e Israel, tampoco de Rusia y Ucrania, o de las continuas guerras sin lógica en el continente africano, ni de las religiones y el daño que el fanatismo produce, pero sí voy a hablar de lo que podemos afirmar con certeza que es correcto o incorrecto porque hay pruebas científicas más que sobradas que hace ya tiempo que lo han demostrado aunque políticos (por llamarles de alguna forma) se obstinen en desconocerlo y actúen o favorezcan la actuación contra natura. Y para que se entienda esta última aseveración basta con poner un par de ejemplos, actuales. Juegos Olímpicos de París 2024. No voy a hablar de la absurda ceremonia inaugural ni centrarme en la indignante recreación de la Última Cena, no vale la pena, aunque es un claro ejemplo de por dónde van los tiros en la sociedad actual, al menos en la del llamado primer mundo. Pero sí quiero comentar porque me indigna lo indecente que va a ser la final olímpica del campeonato femenino de boxeo en la categoría de pesos ligeros. Una supuesta boxeadora argelina contra otra supuesta boxeadora china (creo que es de ese país). Ambas han golpeado brutalmente a sus contrincantes hasta alcanzar la final. Hasta aquí nada que objetar. Pero claro, si uno analiza la fisonomía de ambas boxeadoras resulta verdaderamente difícil el pensar que alguna de ellas es una auténtica mujer, aunque como ellas mismas afirman su genotipo sexual sea XX. En esas condiciones los niveles plasmáticos de testosterona no debieran sobrepasar los 0.3-0.4 ng/mL, niveles máximos en una mujer postpuberal normal. Pues no es así, al parecer ambas sobrepasan esos niveles con creces lo que justifica su apariencia masculina y su contundencia boxística. Por supuesto desconozco si esos niveles de testosterona son innatos o adquiridos, pero está claro que en cualquiera de ambas situaciones no se les debería haber permitido participar en la categoría femenina. Si fuesen adquiridos, a expensas de inyecciones periódicas de la hormona debieran ser expulsadas de inmediato en cualquier competición femenina y severamente sancionadas, y si fuesen innatos debieran haber sido excluídas de la competición, al menos en la categoría femenina. Y la pregunta que muchos se harían sería ¿y cómo pueden ser innatos teniendo un genotipo XX?. Pues ya lo hemos comentado aquí mismo más de una vez, creo. La diferenciación sexual embrionaria es tremendamente compleja y aunque genéticamente el sexo sea masculino o femenino ello no forzosamente lleva a que el organismo del recién nacido vaya a comportarse como un hombre o una mujer acorde con su sexo genético. Tal y como sabemos hay durante la etapa embrionaria cantidad de variables externas que condicionan la sobreexpresión o la no expresión de una serie de genes que a su vez determinan el que el individuo no sea un auténtico hombre o una auténtica mujer. Por ello, una vez más, la homosexualidad, en ambos sexos, o la transexualidad, no es una decisión tomada libremente por la persona, son sus hormonas y la actuación de éstas a nivel cerebral quienes ejercen un efecto condicionante irreversible. Y ésto tiene una trastienda realmente nunca vista y sin más sentido que el que los políticos gobernantes aplican condicionados por conseguir más votos y poder. Así se explica el hecho reciente de que un soldado, cabo creo, de unos 45 años, casado y con hijos, decidiese cambiar su sexo en el Registro Civil y pasar a ser mujer a su edad. Y no solo eso, si no que con ese nuevo supuesto sexo pretendió que le autorizasen a mudarse y utilizar los servicios para mujeres en su destacamento o compañía. ¿Tiene lógica?.
Pero bueno, abandonemos ya este tema y vayamos a nuestro desgraciado país. Np voy a hablar de los líos judiciales de la familia del Presidente del Gobierno de nuestro país, porque desconozco la realidad de los hechos. Pero sí hay algo que como catedrático universitario, ya retirado tras 42 años de docencia y ejercicio de mi profesión, me indigna y es el hecho de que nada menos que el Rector de la Universidad Complutense de Madrid, la mayor de España, haya acudido a la llamada de la esposa del Presidente para que en el recinto presidencial ésta le solicitase la concesión de una cátedra extraordinaria en dicha Universidad, lo que sí ocurrió pese a que la citada señora carece de titulación universitaria. Increíble, pero cierto. Increíble e indignante, por ambas partes. Se puede entender que la citada esposa del Presidente desease ejercer la docencia universitaria, algo sumamente satisfactorio, pero ¿no sería lógico y correcto el que en vez de llamar, a través además de una asistente personal, al Rector para que acudiese a verla en sus dominios presidenciales hubiese sido ella la que llamase y solicitase cita en el propio Rectorado?. ¿Y es lógico que el Rector se desplace a atender una petición particular?. Prefiero ahorrarme los comentarios e interpretaciones.
Y todo esto último que acabo de citar no es solo más que una pequeña parte de todo lo que viene ocurriendo en este país que desde que el venezolano Zapatero fué Presidente se rompe y deshace todos los días, más y más. ¿Qué pinta Zapatero en Venezuela, en un régimen comunista dictatorial?. ¿Por qué y para qué va a ese país a convivir con un energúmeno de pocas luces al que un periquito le habló de Chávez tras el fallecimiento de éste para comunicarle, más o menos, que él era el elegido?. ¿Por qué se sigue ocultando a qué vino la ínclita Delcy a España, cuando estaba prohibida su entrada en el territorio Schengen, y qué llevaban las maletas que aquí, al parecer se descargaron?. ¿Por qué Zapatero sigue en Venezuela y no hace público el reconocimiento de que Don Nicolás perdió las elecciones de forma abrumadora, y no habla de la represión brutal que allí, como en Cuba o Nicaragua, se vive?. ¿Y cómo se explica que este ilustre ex-Presidente, quien por cierto hizo sus pinitos como Profesor Ayudante en la Facultad de Derecho de León pero no dió la talla para pasar más de un año en esa posición, sea el infalible asesor del Presidente actual de España?. Eso dicen al menos.
De tal palo tal astilla, dice el refrán, y así parece ser. Aquí tenemos un Presidente que miente una y otra vez en todo lo que promete y jura que no va a ocurrir o que va a conseguir. Lo que hoy es blanco mañana es negro y pasado mañana igual vuelve a ser blanco o incluso cambia a otro color. Así nos va, pese a la propaganda oficial, bien pagada por cierto a los medios que no son «pseudomedios digitales». Resulta increíble el ver las noticias diarias en diferentes cadenas, según cuál sea el «color» de éstas. Y ya el colmo es lo de Cataluña y las concesiones que se han hecho y se van a hacer, perjudicando a todos los españoles por 7 votos para continuar en la Presidencia del Gobierno. Falta por ver qué es lo que ocurre tras el show de Puigdemont de hoy. Orden judicial de arresto desde hace 7 años, y entra en Barcelona tan tranquilo, da un mitin multitudinario y desaparece sin que nadie le hay apuesto las esposas y entregado al Tribunal Supremo. ¿Alguien puede afirmar que es que no se le localizó, cuando todos hemos visto las imágenes de su paseíllo por un callejón en Barcelona y su mítin después?. ¿Alguien puede afirmar que no estaba todo pactado para no perjudicar la investidura del ínclito Illa, el que fué insigne Ministro de Sanidad durante la pandemia COVID 19 y responsable de una gestión nefasta que llevó a la muerte de unos 140.000 españoles?. Investidura pactada a cambio del mantenimiento en el poder de Pedro Sánchez, con los votos de ERC aunque ahora ya no, supongo, los de Junts, si bien el que se haya permitido la tocata y fuga de Puigdemont igual era a cambio de esos votos. Que país…
Y ya, por no seguir más, cabreándome y cabreándome, no acabo de entender qué diablos pasa con el transporte ferroviario. Múltiples incidentes diarios y el humanoide responsable, Ministro de Transportes, lo único que hace, aparte de divertirse, es lanzar twits insultantes o desternillantes.
Este no es el país en el que crecí y por el que tanto trabajé y trabajo. Qué pena…
Una respuesta a “Un país de pandereta”
Más razón que un Santo.