Tuve la suerte de nacer tras la infausta Guerra Civil y la desgracia de no poder conocer a mi tío paterno asesinado por un militante falangista en agosto de 1936, ni poder conocer a dos tíos abuelos por parte materna fusilados, por ser católicos, en Paracuellos en ese mismo año. Pese a ello tuve la suerte de nacer en una época en la que el trabajo, la búsqueda del progreso, el estudio y la reconciliación de muchos (no todos) de los combatientes de uno y otro bando permitió que España comenzase una nueva etapa culminada en 1978 con la promulgación de una nueva Constitución redactada y firmada por todo tipo de partidos. Pero también tengo la desgracia de ver ahora como tras una vida de intenso trabajo, favorablemente recompensado, y ayuda a los demás, este país que había llegado a ser clave en el mundo de hace 500 años lleva un progresivo descenso, parece que irremediable, hacia la más absoluta vulgaridad, ignorancia, abusos, falta de respeto en todos los sentidos y pobreza intelectual y económica que llega a límites insospechados.
¿Quién o quiénes son los culpables de todo esto?. Difícil señalar un nombre porque en realidad lo somos todos, unos por convicción y otros por omisión. De todo ello saqué esas conclusiones, como supongo que también las sacaron la mayoría de los españoles que entre ayer y hoy vieron y/o escucharon la sesión de investidura de Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados.
La historia de ayer comenzó con un discurso del candidato, al que conozco personalmente desde hace años. Fue el suyo un discurso claro, brillante, didáctico, irónico a veces, duro en otras, pero sinceramente creo que fue la presentación más completa, en todos los sentidos, que jamás escuché en el Congreso de los Diputados. ¿Y cuál o cuáles fueron las respuestas a sus planteamientos?. Pues no voy a extenderme en todas ellas, pero sí quiero dejar constancia de las que me parecieron más indignas y vulgares e insultantes.
La primera sorpresa y consiguiente indignación fue el ver que como respuesta al discurso del candidato más votado, el que ganó las elecciones, se levantaba no el que por lógica cabría esperar, el actual Presidente del Gobierno en funciones, el segundo más votado, si no que de entre las filas situadas en la mitad del Congreso se levantase una figura destartalada, con aspecto desaliñado que me hizo pensar que pudiese tratarse de un intruso, de la época de los precursores Cromagnones (así lo parecía desde luego, Cromagnon más que el actual Homo Sapiens). Avanzó desde su asiento hasta llegar al lado de Pedro Antonio y ambos se miraron sonrientes. Subió después a la tribuna de oradores y allí empezó a despotricar y atacar sin sentido al elegido por el Rey para presentarse como candidato a Presidente. No rebatió sus propuestas, quizás por pobreza intelectual, pero sí le insultó de casi todas las formas posibles. Falsamente y lo afirmo con rotundidad pues conozco, como dije, al Sr. Feijóo desde hace ya muchos años, y no como Presidente como fue de la Xunta de Galicia durante 4 legislaturas seguidas, si no ya de antes de éstas. El Cromagnon bis incluso tuvo la osadía lingüística de relacionar al Sr. Feijóo con el narcotráfico en Galicia. Y todo por unas fotografías en barco con el Sr. Marcial Dorado del año 1995, época en la que el Sr. Dorado se dedicaba al contrabando de tabaco, como otros muchos, pero no al tráfico de drogas, algo que, además, dudo que el Sr. Feijóo conociese pese a que ya desde años atrás la ría de Arosa se llenaba de barquitos que descargaban tabaco de contrabando (yo mismo tuve la oportunidad de verlo) y algún cura de una conocida parroquia de la zona participaba de esas «aventuras». En fin, todo muy propio de una sesión noble de investidura del candidato que había ganado las elecciones. Y mientras Pedro Antonio y sus seguidores sonreían y aplaudían, como es lógico, más aún lo hicieron cuando el impresentable volvió a su asiento encantado de su intervención. Lamentable, y no solo por lo ocurrido y el tono empleado si no porque este mismo verano había salido una noticia en la prensa en la que el citado energúmeno aparecía en un yate de lujo pagado al parecer (eso dijo la prensa) por un empresario al que el por entonces Alcalde de Valladolid había «favorecido» en una contratación. Eso dijeron, no sé si así fue.
El Sr. Feijóo en su turno de réplica al primitivo le tomó como tal dejándole con el rabo entre las piernas, como debe ser, eso sí con elegancia, la que le había faltado a su interlocutor previo. Y digo todo esto, y lo que vendrá después, sin ánimo de insultar, tan solo expreso lo que sentí y siento.
La pregunta es: ¿por qué intervino en una sesión tan importante ese homínido y no el segundo más votado a quién en realidad correspondería hacerlo o así debiera ser?. Pues después veremos la respuesta.
El segundo turno de intervenciones le correspondió al representante de Vox, Santiago Abascal. No soy, ni he sido, ni seré supongo, votante de Vox, sencillamente porque no me gustan algunos de los planteamientos de algunos de sus dirigentes, aunque hay otros con los que estoy plenamente de acuerdo. Me sorprendió positivamente el Sr. Abascal, como le habrá ocurrido a los que tuvieron oportunidad de verle o escucharle. Atacó lo que debía atacar y aprobó lo que debía aprobar. Sinceramente creo que estuvo muy bien, y no acabo de entender el por qué hay entre los distintos grupos tanto odio y descalificación hacia un partido y/o una persona que siempre dice y hace lo que piensa. La respuesta del Sr. Feijóo fue igualmente positiva, clara y comedida. Me alegro de que se llegue al entendimiento entre ambos grupos.
Y a continuación máxima expectación. Le correspondía intervenir a Sumar y, por lógica, a la Sra. Vicepresidenta creadora de ese multigrupo, Doña Yolanda Díaz. Pero por desgracia no fue así, y no porque no le hubiese dado tiempo entre peluquería y peluquería, como había dicho Don Alfonso Guerra; tampoco porque estuviese entretenida planchando, algo que le pirra según ella misma dijo en TV. Y mucho menos porque se hubiese ido de la Tierra al espacio en un cohete de los que están preparando los ricos ya que nuestro mundo se está yendo al carajo (repetido dos veces en TV por ella misma). La verdad me gustaría saber cuáles son sus fuentes de información para estar prevenido (yo y mi familia), si todo ocurre como ella afirmó en TV. Falta por saber a qué otro mundo nos iríamos, quizás a Europa esa luna de Júpiter en la que parece ser que puede haber vida primitiva, pero no lo sé.
Bien, no intervino y sí lo hizo su portavoz. Con tristeza conocí que había nacido en Vigo, como yo, aunque es mucho más joven supongo. Mucho cambiaron las cosas… Pobre en argumentos, expresión y planteamientos. Aunque claro si su jefa introduce un discurso con términos chulísimos como «Autoridades y Autoridadas», no se la debe sobrepasar cognitivamente. A continuación y dentro del mismo multigrupo habló el Sr. Santiago, comunista distinguido. Por cierto, ¿alguien puede explicarme qué significa el ser comunista?. Tengo un problema con esa definición, al igual que me ocurre con la denominación de «progresista». ¿No es Maduro comunista?, ¿no lo es el loco dictador de Corea del Norte?, ¿y el de Nicaragua?. Sinceramente no lo sé, dada su forma de vida, aunque igual estoy equivocado. Bien pues no puedo hablar de lo que dijo el Sr. Santiago, porque gritaba agresivamente de tal forma que era imposible entenderle. Otra vez será… En esta intervención del multigrupo me llama la atención, y lo digo en serio, que no se permitiese hablar a algún miembro (miembros en este caso) de Podemos. Y me dio rabia y pena. Allí estaban solas, aisladas, en el banco azul de los ministros y ministras, Belarra y Montero, las dos bien juntas como consolándose mutuamente. No comulgo con sus ideas, absolutamente sin sentido, pero de verdad me dio pena el desprecio al que se vieron sometidas por parte de su chulísima jefa. Como me dió pena el que casi de forma unánime, se achacase a la Sra. Montero el despropósito de la Ley del Sí es Sí. Una vez más ahí fué educado y cortés el Sr. Feijóo, quien en una o varias de sus intervenciones culpó al Gobierno de ese despropósito y no a una persona en particular.
De Bildu no voy a hablar. Por mis venas corre sangre vasca (Múgica es mi segundo apellido), pero aún recuerdo los ilógicos y sangrientos asesinatos de ETA, y veo en mi memoria las explosiones de coches bomba, los niños muertos, y los miles de manos blancas alzadas cuando el asesinato de Miguel Angel Blanco (un crío entonces, gallego) a cargo del cínico Chapote. Tampoco voy a hablar del PNV, hoy aquí mañana allí, así les va y así les irá.
Y curiosamente me gustaron las intervenciones de Rufián (Esquerra) y Nogueras (Junts). Evidentemente no comparto sus deseos y opiniones y creo que Puigdemont debe pasar por la cárcel, aunque solo sea para compensar sus lujos pagados portados los españoles con una temporada entre barrotes. Rufián es un buen orador, porque es tranquilo y cachondo (a veces), aunque no entiendo que siendo tan catalanista independentista no hable mejor el catalán lo que quizás se deba a que en realidad es andaluz, de origen pero andaluz. No deja de ser curioso el que un andaluz pida la independencia de Cataluña. Y Nogueras me gustó porque, aunque por supuesto no comparto sus ideas ni intenciones, supo expresarse con claridad, aunque lo hiciese en catalán y escuchó con atención (no como otros) lo que se le replicaba (curiosamente sin recurrir al pinganillo…), algo que indica buena educación. Si me permite un consejo lo único que no me gustó de ella fueron esas largas mechas que se iban emblanqueciendo a medida que caían por sus hombros. Quizás la próxima vez, si la hay, traiga un trenzado negro finalizado en tonos dorados, como Koundé y tantos otros futbolistas. Créame está de moda.
Y al final entendí el por qué el ilustre Pedro Antonio no había intervenido en la sesión, su rostro era serio, salvo cuando habló el vallisoletano, y cada minuto o menos giraba la cabeza unos 30º hacia la derecha, seguramente para ver qué imagen estaba dando en TV, en las pantallas del Congreso. Pero no habló, ni palabra, ni cuándo el Sr. Feijóo le preguntó en varias ocasiones, ayer y hoy, si iba a proponer o conceder la amnistía y la autodeterminación a la supuesta República catalana. Lo negó tantas veces con anterioridad a este debate que si hoy lo negase de nuevo se acababa la investidura y si lo confirmase sabe Dios en qué habría acabado todo. No hay nada peor que ser un mentiroso y un traidor, aunque no se mienta si no que tan solo se cambie de opinión. Pero esto es lo que hay.
En fin, enhorabuena Sr. Feijóo, no solo ha ganado usted las elecciones si no que también ha ganado el debate, aunque no se lo hayan querido reconocer.
2 respuestas a “Qué desastre de país, qué desastre España.”
Excelente escrito, Suso! Muchísimas gracias por compartirlo! Son mis deseos que elijan a Feijo’!
Un buen escrito, coincido en que Feijoo es un buen orador y estuvo muy bien, mejor de lo que esperaba. Respecto al PNV dire que es un partido catolico menjado por el Vaticano y por la CIA, esto esta demostrado y ocurrió despues de la guerra civil y que como dices da bandazos, peor solo se entiende que vaya con el PSOE por su deseo de independencia aunque si salen de España caerán en Inglaterra y Cataliuña en Francia. ( Ezquerra es un partido de obediencia masónica francesa. Estamos asistiendo en la disolución de la unidad de España llevada a cabo por españoles por mandato extranjero