A medida que envejecemos comienzan a surgir las dudas, las preocupaciones, los miedos…, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos cuando todo se acabe en nuestra vida?. Preguntas sin resolver por más vueltas que uno de e intentos de averiguar que uno haga.
Pero esas dudas se acrecientan a medida que los nuevos “ultratelescopios» y destacados físicos y matemáticos van aportando datos que son escalofriantes, por lo que significan y las nuevas dudas que plantean.
Antes de continuar quiero expresar mi gran sorpresa, a la luz de los conocimientos actuales, ante el hecho de que las bases de todo lo que hoy se va interpretando fue ya planteado, al menos teóricamente, por mentes extraordinarias a principios del siglo pasado: la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica, el Big Bang. Todo ello con bases teóricas y miles de horas de estudio y desarrollo de fórmulas matemáticas que llevaron a tres de esos científicos al suicidio, y que hoy sabemos que eran correctas, si no en todo, quizás, en gran parte.
Pero comencemos por el Big Bang. ¿qué fue?, ¿cómo y por qué ocurrió?. Soy médico y no astrofísico, quizás por eso no lo entiendo. Pero vayamos al punto clave. Siempre, desde que la ciencia astrofísica avanzó, se estimó que el Big Bang, en teoría origen del Universo, tuvo lugar hace 13.800 millones de años. Y su causa fue una gran inflación energética que se concentró en un punto de dimensiones infinitesimales hasta que esa tremenda concentración de energía produjo una tremenda explosión que dió lugar a la liberación masiva de polvo (¿qué polvo?) que acabó formando átomos y, por simplificar, éstos acabaron formando estrellas, planetas, galaxias y, al final, la vida, al menos en la Tierra, aunque parece imposible el creer que solo en nuestro planeta tuvo lugar ese proceso de generación vital.
Pero antes de continuar, de nuevo, el último descubrimiento de un nuevo telescopio de la NASA, el ATC, si no recuerdo mal su nombre, acaba de descubrir que el Big Bang parece que tuvo lugar antes de lo que se estimaba y que esa gran explosión se produjo en trillonésimas de segundo. Y aquí surge una nueva duda. ¿qué energía se condensó de tal forma que solamente pudiese ocurrir lo que ocurrió; esa gran explosión?. ¿De dónde procedía esa energía y por qué se condensó de tal forma en un punto ínfimo en dimensiones?. ¿Y cómo la explosión y dispersión de ese polvo cósmico tuvo lugar en trillonésimas de segundo?. ¿Procedía esa energía del colapso de un Universo anterior?, ésta puede ser una de las explicaciones, pero si así fue surge una nueva pregunta: ¿de dónde salió ese Universo y cómo se formó?. ¿Huno otro antes que él?, y si así fuese la pregunta anterior se repite. ¿Estamos ante un ciclo continuo de formación y destrucción de Universos?. No lo sabemos, pero las investigaciones con datos actuales apuntan a que nuestro Universo, el actual, camina rápidamente hacia su destrucción total; y aunque decimos rápidamente nos referimos a cientos o miles de millones de años antes de que ésto ocurra. Y si nuestro Universo implosiona, ¿dará lugar a un nuevo Big Bang con la consiguiente formación de un nuevo, otra vez, Universo?. Evidentemente lo desconozco, pero a ver si alguien se atreve a afirmar que todo esto no es para volverse locos.
Y para más dudas resulta que hoy sabemos que nuestro Universo se expande, vuela a una velocidad tremenda, 78.000 kms/segundo, en una única dirección, hacia un vacío oscuro. ¿Por qué?, ¿qué hay en ese vacío que tiene, que se sepa, unas dimensiones colosales?. Se habla de la materia oscura, pero aun no sabemos qué es: Todas estas nuevas son el resultado de los descubrimientos que periódicamente aporta el extraordinario telescopio espacial James Web, merced a los datos que obtiene mediante espectrofotometría. Esta permite detectar el color rojo, señal de la distancia a la que se encuentra una galaxia o estrella; cuanto más débil es la intensidad de ese color detectado mayor es la distancia a la que el objeto detectado se encuentra.
Y ahora vayamos a otro punto preocupante y conflictivo. ¿Qué ocurre tras la muerte?. Se habla, en experiencias cercanas a la muerte, de situaciones increíbles, de visiones del propio cuerpo, visiones de familiares fallecidos, visiones de lugares increíbles. Yo mismo escuché de un paciente al que traté cómo describía lo que había vivido tras ser dado por muerto en una cirugía hospitalaria. Y yo mismo sufrí una parada cardiorrespiratoria de unos 25 minutos y cuando desperté, cinco horas después, tan solo recordaba una sensación de paz mientras estaba rodeado de un silencio total e inmerso en un ambiente de color miel clara, pero nada más; y desconozco cuánto duró esa sensación. Sin embargo, por lo que sabemos desde hace unos meses es más que probable que esas percepciones de un túnel de luz blanca o visiones como las citadas, no sean más que la consecuencia de la pérdida de aporte sanguíneo al nervio óptico y neuronas que, comprobado, se mantienen en actividad durante un tiempo tras la pérdida del aporte sanguíneo y comienzan a disparar señales con o sin sentido. De locos…
Y todos hablan del alma y que ésta es la que sobrevive tras la muerte y es la causa de todas esas visiones o esa supuesta ascensión hacia un cielo que desconocemos. Sin embargo, lo que en realidad sabemos es que, tras fallecer, nuestro cerebro se “descompone” en partículas cuánticas, inmortales, que se dispersan por todo el Universo incorporándose, o no, a nuevas materias; probablemente también a especies vivas, animales, vegetales o personas. Una vez más, para volverse loco…Pero ya se dijo en la Biblia, creo: “polvo eres y en polvo te convertirás…”. Encaja perfectamente, pese los siglos transcurridos desde esa expresión con la idea de partículas cuánticas.
Llegados a este punto inevitablemente hay que plantearse la existencia de un Dios creador. Si lo hay, ¿por qué crea ese caos que significa el Big Bang?. ¿Por qué nacer para morir?. ¿Por qué tanta diversidad de especies, animales, vegetales, bacterias…?, ¿por qué desaparecen especies todos los días y aparecen otras nuevas?. Entiendo y comparto la evolución, es lógica y fiable, y creo que entiendo cómo apareció la vida en la Tierra, en el mar más bien. Pero, ¿sólo en la Tierra?. Parece ilógico e imposible; de hecho el James Webb acaba de detectar la posible presencia de vida, incluso inteligente, en un planeta situado a 4.2 millones de años luz de la Tierra, en Próxima Centauri. Ya veremos.
Y volviendo a la existencia de un Dios, ¿por qué hay tantas diferentes creencias?: Alá, Buda, Confucio, dioses de las selvas, de las aguas…¿No es todo una confusión surgida de la necesidad de creer en un más allá?.
Lo siento, pero es para volverse loco. No sigo.
Jesús Devesa