La mentira y el cinismo


Estas son dos cualidades del ser humano, algo que no se da en los animales pese a que éstos son seres sinsientes (Belarra Dixit). Pero claro «vivimos en un Universo infinito, muy probablemente infinito, en el que la vida emerge…», así lo afirma, más o menos, el insigne ex-Jefe supremo del Sindicato de la Ceja mayormente representado por el mundo de la «cultura». Aunque no es el objetivo de este escrito muchas veces me he preguntado qué se entiende por el mundo de la cultura. Desde hace muchos años pensaba que cultura era saber, aprender, escribir, pintar, componer música o interpretarla, estudiar, investigar, etc. Pero parece que no es así y que este mundo está restringido a unos pocos personajes, siempre los mismos, que suelen estar afiliados al Sindicato de la Ceja. Bueno, siempre se aprende algo, aunque uno sea inculto.

Pero no era éste el tema. En los últimos días una señora de buen vivir (actualmente) se ha dedicado a difundir con profusión todo tipo de infundios infundados sobre uno de los aspirantes a Presidente del próximo Gobierno. Le ha relacionado, directa o indirectamente, con el mundo del narcotráfico que en Galicia proliferaba hace unos años. Y todo ello porque el citado aspirante parece en una foto con un conocido narcotraficante en el año 95. Si mal no recuerdo por aquella época dicho narcotraficante se dedicaba al contrabando de tabaco, pero es igual. Y no solo eso si no que, además, para echarle más leña al fuego, a esa acusación añadía el que mientras el aspirante a Presidente aparecía en un barco del narcotraficante cientos de madres gallegas, del Sur de Galicia sobre todo, lloraban la muerte de sus hijos e hijas por el consumo de droga. Terrible, como efectivamente lo era. Lo que ocurre, es que los fallecimientos no se producían por la droga, si no por el VIH (antes conocido como SIDA), en su mayoría adquirido por inyectarse heroína con la misma jeringa o por contagio sexual. Puedo afirmarlo con rotundidad porque conocí de primera mano algunos de aquellos casos, SIDA y no droga. Pero ¿qué más da?, para difamar no hace falta mucho. Pero es que además conozco personalmente al aspirante a Presidente, desde el año 1987. Conocí su brillante trayectoria como Presidente de Correos primero y responsable del Insalud después. Mano derecha de una persona tan culta, brillante y educada como el Sr. Romay Beccaría, primero, y D. Manuel Fraga a continuación. Una trayectoria intachable culminada con sus cuatro mandatos como Presidente de la Xunta de Galicia.

Bien, pues pese a todo ello y aunque es posible que, como todos, haya cometido algún o algunos errores, se trata de una persona intachable a quien ahora se pretende desprestigiar vilmente por parte de una señora chulísima cuya trayectoria vital está plagada de aciertos, tales como llorar de emoción cuando a los 4 años el Ejecutor de Paracuellos, Santiago Carrillo, le dio dos besos. Carrillo quien por cierto ordenó la ejecución, entre otros miles, de dos tíos segundos míos por el grave hecho de ser católicos en el Madrid del 36. Más aciertos, homenajear al implacable dictador Hugo Chávez (¡Exprópiese¡), destructor de la democracia venezolana. Y no solo eso, si no duplicarse el sueldo como concejala de Ferrol, con gran cabreo de su padre, y traicionar al que era Alcalde de aquella ciudad, Irisarri. Traicionar también a Beiras, para «medrar», y al otro y al otro y a la otra, hasta conseguir llegar a Vicepresidenta y traicionar, de nuevo, a quién la había aupado a ese puesto y a su pareja. Huellas de destrucción siempre tras ella, pero mientras tanto sonríe, se acicala y reacicala de forma hortera, siempre, viaja a visitar a la corrupta Cristina Kirchner, argentina, pero también al ex-montonero que hoy ocupa el Vaticano. Y pese a todo ello, ahora pregunta airada por los sueldos del Sr. Feijóo, ¿cuál es la razón?. Chulísima sin duda. En fin, toda una personaja, que vive a todo trapo gracias a su dilatada trayectoria de traiciones a quienes engañaba con su perenne falsa sonrisa. Así nos va…

Y no podemos acabar sin manifestar nuestra sorpresa por el par de besos que Su Sanchidad le largó, a su llegada a Bruselas, a la temible Delcy Rodríguez, mano derecha del insigne sucesor de Chávez, el superinteligente Maduro (debe serlo porque si no Zapatero no viajaría tanto a Venezuela para aprender, seguramente, sobre los misterios del Universo). Con esos besos quizás, aunque no puedo afirmarlo, se estén agradeciendo las 40 maletas que con contenido desconocido Miss Delcy hizo llegar a Madrid hace ya dos años.

En fin, un país para vivirlo…


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