¿Hasta cuándo esta triste comedia?


Llega un momento en el que cualquiera que tenga dos dedos de frente y algo en el interior de su cerebro ya no sabe si reír o llorar, desconoce si estamos ante un (unos) sinvergüenza (sinvergüenzas) o un (unos) loco(s) tarado(s) de ambos sexos. Siempre se dijo que la gota colma el vaso, pero son ya muchas gotas las que diariamente caen y el vaso sigue sin colmarse. Supongo que a estas alturas todo el mundo sabe de qué estoy hablando, pero por si hubiese alguna duda voy a precisarlo un poco más.

No voy a referirme, pues ya lo hice en múltiples ocasiones en público y privado, a las continuas mentiras del ilustre líder omnipotente, conocemos perfectamente que cuando afirma que algo es blanco es que lo ve negro y viceversa. Pero el colmo del ridículo está llegando, si no llegó ya, a los acontecimientos de los últimos días. Se va a Barcelona, en Falcon y Superpuma claro, para hacer una «visita de Estado» al ilustre Presidente de la Generalidad, catalán de pro (aunque se apellida Aragonés) y nieto de un más que importante acaudalada persona quien hizo su fortuna en tiempos de Franco (eso dice Wikipedia…). Como la reunión era de gobiernos (el de España y «el de Cataluña»), el fraudulento presidente español (fraudulento pues no ganó las elecciones aunque lo afirme y lo practique), es recibido en el palacio de la Generalidad con todos los honores. Armas en alto en posición de saludo de un grupo de funcionarios vestidos de forma absolutamente grotesca (podrían ser de la guardia Suiza Vaticana) y una bandera catalana ante la que el líder supremo inclina la cabeza respetuosamente. Todo muy bien, si no fuera porque la auténtica bandera, la española, había sido quitada previamente para no dar lugar a equívocos. ¿Cómo se puede aguantar tamaña humillación?. Pues muy sencillo, el líder supremo lo es gracias a los votos de grupúsculos catalanes, vascos, un gallego (BNG) y otras malas y disparatadas hierbas (Autoridades y Autoridadas….) y como falle uno nos quedamos sin Falcon, Superpuma, fincas de recreo, las tertulias con la Pija y la Quinqui, y muchas cosas más. Pura cultura y desparrame intelectual de nuestro amado líder, algo que ya ha expuesto muy bien en su insuperable memoria recién publicada bajo el título de Tierra Firme. Por cierto, creo que hay un error en el título de ese impresionante bagaje cultural que el libro representa: debiera llamarse Aire Libre, pues el narrador (que no el autor) pasa más tiempo por los aires que por el suelo. A la vista está, para desplazarse de Coruña a Santiago tuvo que utilizar el Falcon (7 minutos de vuelo), al igual que hoy para ir a su cortijo de Toledo desde Madrid tiene que hacerlo en Superpuma.

Y mientras tanto…, pues Catalonya cobrando lo que ha malgastado, de siempre, a cuenta del resto de los españoles, recibiendo todo tipo de favores y concesiones, amnistiando a prófugos y golpistas, creando embajadas (a nuestra costa) por todo el mundo, etc, etc, etc…Pero claro, Catalonya es de los catalanes, una raza especial, ya lo dijo el ilustrado Torra (debieron de ponerle ese nombre por estar torrado, como el café) cuando se refirió a los que no tuvimos la «suerte» de nacer allí, lo que desde luego fué una auténtica suerte. Lo que no sé es qué pensarán Torra y otros como él, de los más de medio millón de islamistas de todos lados que se han ido asentando en aquella región para dar votos a los que les admitieron.

Y tras Catalonya, Vascongadas. Ahora quieren anexionarse Nafarroa, hacerse cargo de la SS, insultar y agredir a los «picoletos», liberar a los asesinos, enaltecer a los que ya han sido liberados, mientras las víctimas de aquella colección de salvajes tarados que actuaban sin saber por qué (en su mayoría) o por dinero, sufren día tras día recordando a padres, hijos, hermanos, amigos, etc. Y el ilustre y amado líder se lo concederá sonriente, como siempre, para que no le quiten su puesto de mando…

Y llegados a este punto me hago la pregunta: ¿para qué sirve el Congreso?, y ¿para qué sirve un Gobierno como el que tenemos? ¿23 Ministerios y miles de asesores?, asesores de qué?. ¿No hubo bastante con el asesoramiento de la pandemia COVID?. Por más vueltas que le de solo llego a una conclusión: el Congreso es un refugio económico para los que, en su mayoría, no tienen ni formación ni han trabajado en su vida. No hay más que ver las caras de los presentes, cuando están, en las sesiones, pasividad total, sonrisas forzadas cuando procede, o manejos de teléfonos cuando hay un orador en la Tribuna. Ni criterio, ni educación, en su mayoría. ¿Por qué?, pues porque seguramente no entienden de qué se está hablando. En mi opinión, el Congreso debiera estar constituido por: 1) muchas menos personas, y que lo sean de verdad; 2) personas con criterio propio y no sujetos al ordeno y mando; 3) gente con rigor científico, social, humano… y no borregos que siguen disciplinadamente al Buen Pastor.

Bueno, va a ser Navidad y toca escuchar al Rey. Ojalá podamos hacerlo muchos años, aunque lo dudo. Y un deseo para 2024, que los guardias suizos de Pere (no sé si significa Pera o Pedro también), se vistan de forma normal. Que el amado líder viaje con normalidad y sin sonrisas falsas, y que los españoles podamos disfrutar de nuestra tierra: España.


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