No me hago esta pregunta por la caótica situación que está viviendo este país que siglos atrás era el mayor imperio del mundo, que tanto aportó a la civilización, en Hispano América sobre todo, digan lo que digan sus gobernantes que intencionadamente ignoran su historia en supuesto beneficio propio; un país en el que nací, en una época difícil pero que gracias al esfuerzo de nuestros padres y nosotros mismos conseguimos levantar hasta llevarlo a una situación pujante que ahora se hunde en picado pese a las cínicas palabras de sus dirigentes para quienes “vamos como un cohete”. Un país en el que el odio y las divisiones han vuelto y se acrecientan día a día, sin sentido. Un país en el que una gran parte de la población malvive pese a que, como el Gobierno afirma sin rubor, ha disminuido el número de parados, obviando que ello se debe a la continua creación de funcionarios públicos, a todas luces innecesaria, en lugar de promover la creación de más plazas sanitarias (médicos, enfermeras), jurídicas (jueces, fiscales) que palien lo que día a día se vive: retrasos de meses en situaciones que requieren una asistencia médica inmediata, retrasos de años en juicios que se deberían resolver en meses. Medidas disparatadas como la de ofrecer un aval para los que deciden alquilar un piso, aval teóricamente destinado a cubrir los impagos de la cada vez mayor “inquiokupación”. ¿No sería más fácil el abonar a los propietarios el pago del alquiler de aquellos que por su vulnerabilidad, que muchas veces no lo es, no lo hacen?. ¿No hay un derecho a la vivienda?, así está estipulado y así debe ser el Estado quien se haga cargo de ello y no los que sufren tras alquilar lo que consiguieron tras años de trabajo y no solo no cobran si no que además tienen que hacerse cargo de todos los gastos que el “okupador” produce (luz, agua, basura…, etc). Este y otros temas de la situación por la que actualmente pasa España, darían para horas y horas de reflexión y escritura, pero no es éste el motivo de mi escrito de hoy, por lo que mejor dejémoslo, por ahora.
Desde muy niño siempre se me planteó un tema que cada vez incide más en mis pensamientos, en parte porque los años van ya pasando a gran velocidad y en parte por los descubrimientos cada vez más impactantes de la astrofísica y los datos que proporcionan los telescopios espaciales, sobre todo ahora el James Webb.
Decía que desde muy niño se me planteó este tema que tanto me absorbe y así fue, como creo que ya comenté en este blog. Estudiaba primero de Bachillerato en el Instituto Santa Irene de Vigo, un Instituto que nunca olvidé y nunca olvidaré por todo lo que allí se me enseñó y la libertad y gentileza con las que los profesores lo hacían. Estaba en clase de Religión, la impartía un sacerdote muy serio, inteligente y con aspecto de ser un auténtico señor: Don Agustín. Nos hablaba de los ángeles que nos acompañaban y protegían…, al salir de clase me acerqué a él y le pregunté que cuál era el sentido de todo eso, no lo entendía y no podía imaginármelo ni lo creía. Don Agustín, en principio pareció molesto por mis palabras, pero me pasó un brazo por el hombro y me dijo que entendía mis dudas y que no sabía cómo resolverlas. Al final de curso obtuve Matrícula de Honor en Religión pese a mi falta de creencia en ella o tal vez mis dudas a ese respecto. Tampoco olvidé nunca aquella conversación y tampoco resolví mis dudas que a mayores se fueron acrecentando con el paso de los años.
Y ahora volvamos al principio, ¿De dónde venimos y a dónde vamos?.
Desde hace años ya, quién sabe cuántos, esa pregunta se la han hecho muchos científicos, muchas personas. La teoría vigente es la de que el principio surgió a partir de una gran explosión cósmica, el llamado Big Bang, que se produjo a partir de una gran condensación de energía en una partícula infinitesimal. Llegó un momento en el que la cantidad de energía acumulada era tal que la partícula explotó y la energía liberada comenzó a generar galaxias, estrellas, planetas, polvo cósmico y todo ello en continua expansión, formándose así el Universo que todavía continúa expandiéndose. Todo ello hace 13.600 millones de años, en teoría. Bien, esa era la explicación, pero esa es también la fuente de las dudas. Si efectivamente todo ocurrió así, ¿de dónde salió esa partícula y cómo se cargó de tanta energía?. Y no solo eso, si no que también ¿cómo esa gran explosión dió origen a tanta diversidad y de tal magnitud?. Galaxias, estrellas, planetas…, no lo entiendo ni me lo puedo intentar explicar. ¿Qué había antes de que esa partícula se generase y por qué se fue cargando de una cantidad tan brutal de energía?. ¿Y cómo de esa explosión se produce un Universo de tanta diversidad y magnitud?. ¿Y por qué el Universo continúa expandiéndose y hacia dónde?, ¿y qué hay tras el Universo que le permite esa expansión?. ¿La nada?. ¿Y qué es la nada?, ¿podemos entenderla?. Yo no, desde luego.
Pero las dudas e inquietudes se acrecientan cuando el Telescopio James Web descubre galaxias formadas 200 millones de años tras el supuesto Big Bang, o sea galaxias más antiguas que las hasta ahora conocidas. No soy astrofísico por supuesto, pero por lo que leí 200 millones de años es muy poco tiempo como para que una galaxia se forme, por lo que teóricamente al menos esas galaxias tendrían que haberse originado antes de que el Big Bang ocurriese. ¿Cómo es posible entonces?. Si ello fue realmente así, ¿cuál es la lógica de que el Big Bang hubiese ocurrido realmente si el Universo estaba ya en formación?. Y si efectivamente estaba en formación, ¿cuál fue su origen?.
Pero las dudas se incrementan cuando el propio James Web descubre que el Universo que conocemos o creemos conocer es como una especie de globo encerrado entre paredes. Es decir, hay un fin de nuestro Universo ya que está atrapado por una pared infranqueable, y tras ella hay un vacío de millones de años luz, 200 creo recordar, hasta que aparece otro Universo. Y la hipótesis es que ese segundo Universo, mayor que el nuestro, chocó quién sabe cuándo, contra el nuestro, le arrancó unas 10.000 galaxias y tras el impacto salió como rebotado dejando entre ambos ese gran vacío al que antes me referí. Como para no volverse loco tratando de encontrar una explicación o ver la luz. Hay más, mucho más, como el descubrimiento de planetas a tan solo 4 años luz de la Tierra, de un tamaño mayor que el de ésta, con atmósfera, grandes océanos y anhídrido sulfuroso en el agua de éstos, indicativo de la presencia de vida aunque aún no sabemos qué tipo de vida. Y más aún como el saber que nuestra Vía Láctea será destruída en 5.000 millones de años, más o menos, porque será engullida por la gran cercana galaxia Andrómeda que se dirige hacia nosotros a gran velocidad. En ese momento la Tierra, planetas, estrellas de nuestra Vía Láctea desaparecerán. ¿Tiene sentido?.
Y por los análisis con espectrometría de infrarrojos y otros tipos llevados a cabo por el James Webb sabemos que el Universo está lleno de metales de todo tipo, precursores de proteínas fuente de la vida. Pero ¿cómo surge la vida y cuál es su sentido?. Las hipótesis actuales indican que la vida en la Tierra apareció en el mar a partir de una molécula primitiva que fué dividiéndose y evolucionando. Y aquí de nuevo surge otra gran duda, creo por supuesto en la evolución de las especies. Está claro y hay pruebas suficientes de ello. La más sorprendente quizás es el descubrimiento de una serie de especies en unas cuevas en Africa, especies que viven en total oscuridad, ciegas, y que no conocen la luz. Es lógico y comprensible. Lo que ya no es tan lógico es el punto de partida que dió origen a tanta diversidad de especies animales, vegetales y bacterianas. ¿Por qué y para qué?. ¿Cómo aparece el ser humano?, a partir de antropoides y éstos de lémures. Pero, ¿qué lleva a esa evolución?. Los textos bíblicos dicen: “Y Dios creó al hombre”. Y así se explica todo, pero ¿de verdad se explica?. Y aparece Jesucristo y dice “Yo soy la verdad y la vida”. Pero ¿por qué apareció hace tan solo dos mil y pico de años cuando el hombre está en la tierra desde 4000 años antes?. Y, ¿para qué apareció?. En el mundo hubo y hay y había guerras, asesinatos, crímenes de todo tipo, hambre, ¿solucionó algo de eso la llegada de Jesucristo?. Evidentemente no. ¿Por qué lo hizo entonces si es que en realidad era el Hijo de Dios?. Y ¿qué es Dios y dónde está?. ¿Por qué nacemos y para qué y por qué morimos y a dónde vamos?. Hay infinidad de testimonios de experiencia cercanas a la muerte que hablan de otro mundo lleno de paz, felicidad…, pero ¿son reales?. Casi todos se refieren a un túnel, tras la muerte, con una luz blanca que te lleva a un espacio idílico en el que te reencuentras con tus seres queridos, fallecidos antes que tú. ¿Es cierto?. Me gustaría, pero no lo creo. Yo mismo tuve una parada cardíaca de 25 minutos, hace tres años ya, de la que lograron sacarme tras aplicarme por tres veces un desfibrilador e intubarme. Lo único que recuerdo haber vivido en ese momento es un silencio total y una luz amarillo lechosa que me rodeaba, pero nada más. Ni ví a mi esposa dándome masajes cardíacos, ni a mis dos hijas, ni a los del 112 que me sacaron adelante hasta que desperté 5 horas después en el Hospital. Lo que hoy sabemos es que aunque haya una parada cardíaca el cerebro sigue activo un tiempo y probablemente las neuronas se disparaten ante la falta de oxígeno, se pierdan las conexiones y surjan alborotados esos recuerdos que luego se interpretan como acontecimientos vividos; y en relación a esa luz que todos ven blanca, menos en mi caso que era amarillo lechosa, como dije, hoy sabemos que es producto de la falta de oxígeno en el nervio óptico tras la parada cardíaca.
Y otro tema para volverse loco. ¿No hay más seres vivos como nosotros en el inmenso Universo?. Es imposible que así sea, no tendría lógica alguna. Pero si existen, como creo, ¿por qué no nos contactan o no damos con ellos?. Hace años se creó una red de ordenadores en todo el mundo para recibir señales extraterrestres, sin éxito. Sin embargo, cuando uno visita antiguas civilizaciones, mayas, aztecas, o ve en Perú las inmensas señales que solo se pueden divisar e interpretar desde el espacio. es inevitable el deducir que seres extraterrestres estuvieron entre nosotros. Así surgen esas representaciones de figuras similares a astronautas humanos en las pirámides de Méjico o, más alucinante e impactante, el reciente descubrimiento en una cueva de Argelia de perfectos dibujos en las paredes de la cueva de decenas de humanoides con cascos y vestimentas similares a las que serían necesarias para atravesar el espacio.
Es ya imposible el seguir escribiendo sin que las dudas que cada vez surgen con más presencia no te lleven a la locura o una profunda depresión. Las dudas no se resolverán, máxime cuando cada vez son más los científicos que afirman que el concepto espacio-tiempo no existe y que igual estamos viviendo en el futuro o el pasado. Para volverse locos, está claro.
Jesús Devesa
3 respuestas a “¿De dónde venimos y a dónde vamos?”
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