La verdad no sé por dónde empezar. Quiero manifestar mis inquietudes, crecientes día tras día, pero son tantas y tan diversas que llega un momento en que no sé cómo hacerlo. ¿Hablamos de Trump?, ¿hablamos de antiguas civilizaciones ya desaparecidas?, ¿hablamos del Universo del que casi diariamente el telescopio James Webb nos aporta noticias sorprendentes y enigmáticas?, ¿hablamos del por qué y para qué estamos en la Tierra?, o lo hacemos acerca de si dadas las circunstancias anteriores a las que sin duda hay que sumar el caos del Gobierno que nos desgobierna cada vez más. Si estas son mis dudas e inquietudes ¿qué no serán las de aquéllos, millones por desgracia, que no han tenido la suerte de vivir como yo he vivido?.
Empecemos por Trump, un auténtico disparatado egocéntrico que vino a este mundo a hacer el mal. Solo con esta descripción puede entenderse lo que le está haciendo a un país que lleva sufriendo años, como Ucrania. ¿Es lógico lo que Trump ha hecho y pretende hacer?. ¿Es lógico el que llame “dictador” a un presidente elegido democráticamente, como Zelenski, que solo pretende defender lo que es suyo (de su país) frente a un enemigo más poderoso que le ha atacado e invadido pretendiendo apropiarse aún más de lo que no le pertenece?. Qué fácil es olvidar o no conocer o modificar intencionadamente la Historia para justificar lo injustificable. Aquí, en España, por desgracia, ocurre lo mismo, aunque sin armas ni muertes físicas pero sí morales; me refiero a la llamada Memoria Democrática impuesta por unos señores que hacen que gobiernan y cambian un pasado que no conocieron porque no lo vivieron. Es cierto que hubo represión franquista tras la desgraciada Guerra Civil que asoló España entre 1936 y 1939, pero igualmente es cierto, aunque ahora se pretenda ignorar o tergiversar, que esa guerra empezó tras los miles de asesinatos cometidos por los que estaban en el poder por aquél entonces. Ya lo he comentado aquí más de una vez, creo, mi propia familia sufrió asesinatos por parte de ambos bandos, asesinatos sin sentido, sin razón, pero ello ocurrió hace ya tantos años que lo lógico sería olvidar y no volver a reincidir en la historia con rencor, máxime cuando ésta se modifica por un simple interés político para permanecer en el poder. Y mientras tanto se pacta con asesinos más recientes, quienes han matado salvajemente y por la espalda y sin lógica alguna a casi mil personas, niños incluidos; se pacta con separatistas que quieren destruir el país que nos hizo llegar a ser el imperio en el que no se ponía el sol. Una auténtica falta de moralidad, ética y sentido. Se pretende “condonar” una deuda adquirida por derroches injustificados, me refiero a Cataluña, en tiempos de crisis como la que ocurrió desde 2008. Y no se dice que esa deuda no se condona, no se perdona, porque la realidad es que vamos a tener que pagarla todos los españoles, actuales y nuestros hijos y nietos. Y para hacerlo se miente descaradamente para que la gente llana trague con el despropósito. El mejor ejemplo para entender esto es el que puso un periodista ayer en una cadena de TV: Imaginemos que tengo una hipoteca en un Banco y he despilfarrado el dinero que me han prestado. Acudo entonces al Banco y solicito la condonación de esa deuda. Muy amablemente el Director del Banco acepta esa condonación y me dice que no hay problema, que ponen la hipoteca a nombre de mi esposa. O sea, la supuesta condonación no es tal, simplemente en vez de pagarlo uno lo paga el otro, en este caso mi esposa, pero como formamos una unidad familiar en la práctica me toca a mí seguir con ello. Pues lo mismo va a ocurrir con esa supuesta condonación de la deuda catalana, la vamos a pagar todos los que no tuvimos nada que ver con los despilfarros en los que se pretendía alcanzar y exhibir la independencia de España. Pero claro, hay que hacerlo para seguir en el poder. Así estamos y así vamos al abismo.
Volvamos a Trump y a Ucrania. Tengo desde hace años amigos ucranianos y también amigos rusos, y desde niño fui un apasionado de la cultura rusa, ya lo dije aquí; de su música, de su literatura, de su ballet y sus tradiciones, pero odio el comunismo porque en la práctica es todo lo contrario de lo que en teoría se predica. Y lo que la gente no sabe, Trump desde luego no lo sabe, es que Rusia nació a partir de Ucrania. Sus orígenes están en Kiev, y desde allí, hace muchos siglos, la población se fué extendiendo hasta llegar a ser un gran y único país. Así nació Rusia. Posteriormente, tras la extinción de la antigua URSS, Ucrania se volvió a convertir en un país independiente, como otros muchos de la antigua Unión Soviética, marxista-leninista. Una Unión Soviética que en los tiempos de Lenin y Stalin acabó con la vida de 100 millones de personas en su propio país, quizás por disidentes, lo desconozco. Y ahora la historia continúa, porque el Presidente ruso, ex-agente de la temible KGB, ordena (supongo) el envenenamiento y muerte de disidentes, algo típico. El último Navalny, último pero no único por supuesto. Y con ese enemigo ancestral de USA pacta Trump afirmando, además, que fué Ucrania quien empezó la guerra y que Zelenski es un dictador. ¿A quien pretende engañar?. Pues a la vista de lo que se ha venido conociendo en los últimos días, lo único que pretende es “sacar dinero”; no sé si para él o para compartir con Musk o para el país. Que Ucrania le devuelva el triple de lo que USA, con Biden, le proporcionó en armamento y ayuda humanitaria durante la guerra, y que le proporcione el 50% de las ganancias de la explotación de las tierras raras que en Ucrania hay. Un auténtico atropello, aderezado con amenazas además. Y a mayores Trump desprecia a Europa, olvidando sus orígenes, iguales a los de la mayoría de norteamericanos. No es, con Trump, la Norteamérica que yo conocí y viví hace ya años. Tengo muchos amigos norteamericanos, entre ellos médicos que en los años 70 fueron alumnos míos en la Facultad de Medicina de Santiago. He estado muchas veces en Norteamérica, de turismo, trabajando en mi formación investigadora, dando conferencias en organizaciones de gran prestigio mundial, y a Norteamérica envié hace años a completar su formación a gran parte de mis antiguos colaboradores en mi Laboratorio. Pero aquella Norteamérica no es ésta que ahora Trump y su íntimo Elon Musk pretenden transformar. Y ya para colmo del ridículo y disparate hoy mismo he visto un video en el que se muestra a Gaza como la Riviera turística en la que Trump pretende transformar. Un video increíble por lo estúpido, falto de sentido y sensibilidad, en el que se muestra una gran estatua de Trump hecha con oro presidiendo la zona, en el que se ve a Musk tirando dinero al aire para que unos niños gazatíes lo recojan, y a unas bailarinas típicamente árabes con melenas y barba. ¿Es digno de un presidente de una nación como era Norteamérica todo esto?. El mundo al revés, y Putin gozando y Zelenski y los ucranianos sufriendo….
La pregunta es: ¿para todo esto y todo lo ocurrido desde que conocemos la vida en la Tierra vale la pena el haber nacido?. ¿Cuál es la lógica de un supuesto Dios creador de seres que solo nacen, en su mayoría, para matar, combatir en guerras sin sentido, luchar por el poder al coste que sea y tantas cosas más carentes de todo sentido?.
No quiero finalizar sin comentar el que la Ministra de Sanidad de este desdichado país en el que nos hemos convertido, niega la financiación de una serie de medicamentos contra el cáncer. ¿Por qué?. Por lógica la respuesta debe ser por falta de dinero para financiarlos, pero la solución es muy sencilla también. Que cese la corrupción, que se devuelva lo robado y que disminuya la publicidad millonaria que se hace en televisiones y medios de comunicación, medios a los que por cierto ahora se pretende controlar y sancionar millonariamente si incumplen las normas que el Gobierno va a fijar. Pura dictadura. Y que disminuya el extraordinario número de “asesores” que rodean al Presidente y sus ministros, quizás con ello no solo se dispondría de dinero para crear viviendas, aumentar el número de médicos, profesores, investigación, tecnología, etc, y además quizás mejoraría la forma de hacer política que este Gobierno egocéntrico tiene.
Qué desastre…
Jesús Devesa