¿A dónde vamos con este Parlamento?


Ayer y hoy (21-22 de marzo de 2023) he tenido la curiosidad de ver cómo transcurría la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez. Desde luego no soy votante de Vox, ni lo he sido, ni lo seré, pero la curiosidad me pudo y me tragué el día y medio de sesiones al completo. No lo lamento, aunque en ocasiones el aburrimiento y en otras la indignación me llevaban a pensar en apagar el televisor y dedicarme a algo más serio.

No voy a entrar en consideraciones acerca de la procedencia o no de la moción, a sabiendas de que estaba perdida de antemano, pero sí me gustaría dejar constancia aquí de unos cuantos hechos reseñables, desde mi punto de vista.

1º- Como es habitual el Presidente del Gobierno no contestó a ninguna de las preguntas que previamente había planteado el candidato, Sr. Tamames. En lugar de hacerlo se limitó, como siempre hace, a leer un número interminable de páginas, que alguien le había preparado, en las que se repetían y tripitían los supuestos logros llevados a cabo por su Gobierno. Desconozco si él se lo cree, aunque pienso que no, pero sí estoy seguro de que la gran mayoría de los españoles de a pie no están de acuerdo con ese avance impresionante que, según el Presidente, coloca a España como uno de los países punteros del mundo. Y como ejemplos: la gestión de la pandemia, que fue un auténtico desastre que se llevó la vida de ciento y pico mil personas, la consolidación del «feminismo» (¿qué es eso…?), la reforma laboral, la disminución del paro (¿de verdad la hay?), los cheques a los jóvenes (¿cuántos los cobraron y para qué?, ¿qué es el bono cultural?, ¿quizás los botellones?), en fin no vale la pena seguir si no resumir con lo que inicialmente dije: no contestó a las preguntas, algo que es ya una costumbre, y su autoloa alcanzó límites nunca vistos. Por cierto, lo de no contestar a las preguntas es una práctica habitual en todos los miembros del gobierno en las llamadas Sesiones de Control. Por ejemplo, pregunta, supuestamente, un miembro del Congreso a un miembro, miembro o miembre del Gobierno: «¿Cuándo piensan atender a los jubilados que reclaman ser considerados como tales y comenzar a cobrar su pensión?». Respuesta del ministro o ministra o ministre interpelado: «En el día de ayer ha aumentado la certeza de que estamos ante un cambio climático…(es un decir)» y dicho esto cierra su micrófono golpeándolo con saña contra la mesa. Y así una y otra vez, día tras día, sesión tras sesión. Y ante esa falta sistemática de respuestas concordantes con las preguntas planteadas, me pregunto si no sería más lógico el que no existiesen dichas sesiones de control o de continuarlas que los miembros del Gobierno no conociesen de antemano las preguntas que desde las bancadas se les iban a plantear. Total esas sesiones no sirven para nada, a la vista está y así se demostró ayer, una vez más, en la interminable autoloa con la que el Presidente respondió a las preguntas que previamente había planteado el Sr. Tamames.

2- Algo que me llamó extraordinariamente la atención fue el que salvo algunas pocas excepciones, las intervenciones de los distintos grupos se basaron, fundamentalmente, en sus diferentes ataques al Gobierno. Incluso algunos se olvidaron de atacar a Vox y/o al PP y centraron toda su intervención en narrar los incumplimientos de las promesas que el Gobierno les había hecho. Un sin sentido, ya que previamente apoyaron su constitución y continuamente apoyan sus decretos ley. Podría citar muchos ejemplos de todo ello, pero no vale la pena.

3- Me llamó también la atención la mala educación generalizada de los congresistas. ¿Cómo se explica la desaforada intervención del Sr. Baldoví?. ¿Dónde ha aprendido a comportarse así y para qué?. ¿Y Don Patxi López?. ¿Y cómo se explica el que interviniese en gran parte en catalán la Sra. Noguera (creo que se llama así) la representante de Juntos por Cataluña (creo). ¿Qué pretendía demostrar esa señora o señorita?. ¿Y el tono despectivo del representante del PNV?. Y así, más y más…

4- Si los diputados cobran, y bien, por asistir al Congreso, ¿no debería estar prohibido el que en múltiples momentos hubiese cantidad de butacas vacías?. ¿Es justificable el que el Presidente, y con él unos cuantos y cuantas ministros/as, se ausentasen ante determinadas intervenciones?. Falta de educación a todas luces, pero falta también de asistencia al trabajo por la que se les debería descontar una determinada cantidad proporcional al sueldo que mensualmente perciben.

Pero a mayores tuvimos que aguantar la intervención de Yolanda Díaz, ¿a cuento de qué?. Por un momento pensé que nos iba a recordar lo mucho que había llorado de emoción y alegría cuando a los 4 años la besó Santiago Carrillo. Eso es memoria, sí señor, memoria y mucha. Yo desde luego no recuerdo si a esa edad hacía algo diferente a vivir con mis padres, de quienes no recuerdo cómo eran en aquél entonces. Tampoco nos contó la susodicha su etapa frustrada como abogada laboralista, ni cómo su padre le llamó la atención por subirse ella misma el sueldo como concejal cuando lo fue en Ferrol. Qué olvidos tan importantes…, seguramente se deben a su lujosa vida actual (gran piso, trajes de recambio diario, joyas, viajes, etc) una vida que, como es lógico, la lleva a preocuparse por la de quienes no pueden vivir como ella. Por ello nos explica el «éxito» de su reforma laboral, la disminución en el número de parados (y paridos), la obligatoriedad de bajar los alquileres y tantas otras cosas que esta gran mujer ha hecho en su ya larga vida de lucha continua contra la precariedad. Curiosamente se le olvidó mencionar su traición a quienes ahora la encumbraron, algo que ya viene precedido de sus múltiples cambios de siglas y partidos cuando humildemente se movía por Galicia. Qué pena…

En fin, habría mucho que decir acerca de lo vivido en este día y medio, pero la sensación final es que o este país cambia radicalmente en enseñanza, educación, respeto y obligaciones o lo que ahora es ya un caos acabará convirtiéndose en una nueva tragedia como la que en los años 30 se vivió en España.


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